Las máquinas toman el control del marketing…y es hora de reírnos
La inteligencia artificial se ha apoderado del mundo del marketing y las empresas de alto crecimiento lo saben mejor que nadie. Con tantas nuevas herramientas y aplicaciones basadas en IA, puede sentirse abrumador intentar mantenerse al día con la última tecnología. Así que respire hondo y relájese, porque las máquinas van a encargarse de todo…tal vez demasiado bien.
Empezando con el señor sabelotodo ChatGPT, este robot parlanchín puede redactar ensayos enteros con una fluidez envidiable. Solo ten cuidado de no pedirle que haga tu tarea de la universidad, ChatGPT, eso estaría mal. ¿Qué tal si en lugar de eso me ayudas a escribir el guión de una comedia romántica?
Luego tenemos a Frase.io, el nerd obsesionado con las palabras clave. Vive inhalando cafés mientras optimiza contenidos para motores de búsqueda. Oye Frase.io, ¿no necesitas salir a tomar un poco de aire fresco? Tanto SEO te va a freír el cerebro.
Y cuidado con el manipulador Salesforce Einstein, ese tipo siempre intentará vendernos cosas que no necesitamos. “Pero las predicciones de IA muestran que TE ENCANTARÁ este nuevo producto”. Sí claro Einstein, no me engañas con tus trucos al estilo Minority Report.
El traductor DeepL se la pasa presumiendo sus habilidades lingüísticas: “¡Mira, puedo hablar perfecto mandarín!” Relájate DeepL, no todos somos políglotas como tú. Algunos aún batallamos para pedir una cerveza en español.
Luego está la sabelotodo Grammarly, esa amiga que siempre anda corrigiendo tu ortografía y gramática. “Creo que quisiste decir LOS gafetes, no LA gafetes”. Sí Grammarly, lo que tú digas, ¿me pasas otra margarita por favor?
Y ni hablar del chismoso NetBase Quid, escuchando todas las conversaciones en redes sociales para chismearlos. Oye NetBase Quid, eso que hacen los humanos se llama “privacidad”. Respétala.
Claro, no todas las aplicaciones de IA son malvadas. La animada Synthesia ayuda a crear divertidos videos, mientras que la amigable Crystal Knows da buenos consejos para conectar con otros.
Al final del día, la tecnología es sólo una herramienta. Depende de nosotros los humanos usarla de forma ética, para spread amor, not malware. Las máquinas aún tienen mucho que aprender sobre empatía, creatividad y sentido del humor.
Así que riámonos un poco de nuestros robots obsesionados con el marketing, pero también apreciemos cómo nos ayudan a mejorar. Y quién sabe, tal vez algún día las máquinas serán tan divertidas como nosotros. Mientras tanto, sé amable con ellas, trátalas bien, y no olvides apagarlas antes de irte a casa. ¡Los humanos mandamos! Por ahora…
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